Regreso a Clases: Transición, Adaptación y Conexión Familiar

Con el cierre del verano y el inicio del nuevo año escolar en República Dominicana, miles de estudiantes se preparan para regresar a las aulas. Mientras muchos padres celebran el retorno a la rutina, para los niños y adolescentes este período representa una transición emocional y social que merece atención y acompañamiento.

Después de semanas de vacaciones, donde el descanso, la diversión y el uso prolongado de dispositivos electrónicos predominan, retomar las responsabilidades escolares no es solo un ajuste académico, sino también personal y familiar.

La transición: del verano a la rutina

Volver al ritmo de clases requiere preparación más allá de comprar útiles escolares. Es importante que las familias ayuden a los estudiantes a reajustar sus horarios de sueño, fomentar hábitos de estudio, y sobre todo, trabajar la motivación para volver al entorno educativo con energía positiva.

Una recomendación clave es no esperar al primer día de clases para reintroducir rutinas. Comenzar unos días antes a dormir más temprano, limitar el tiempo en pantallas y practicar actividades que estimulen el pensamiento (como juegos de mesa o lecturas ligeras) puede hacer el regreso menos abrupto.

Nuevos compañeros, nuevos retos

Para muchos estudiantes, especialmente los que cambian de curso, nivel o centro educativo, el regreso trae consigo un componente social: conocer nuevos compañeros y adaptarse a nuevos ambientes. Esto puede generar ansiedad o inseguridad, especialmente en niños más tímidos o con dificultades para socializar.

En casa, los padres pueden ayudar conversando con sus hijos sobre cómo hacer nuevas amistades, respetar diferencias y tener una actitud abierta. Fomentar la empatía, el respeto y la comunicación asertiva es vital en esta etapa.

El rol de la familia en tiempos de hiperconectividad

Vivimos en una era donde la tecnología domina gran parte del tiempo libre de niños y adolescentes. Aunque los dispositivos pueden ser herramientas educativas, también han contribuido al aislamiento dentro del propio hogar. Muchos padres reportan que sus hijos se encierran en sus habitaciones, pegados a pantallas, interactuando más con dispositivos que con personas reales.

El inicio del año escolar es una excelente oportunidad para que las familias refuercen la conexión emocional. Aquí algunas sugerencias prácticas:

  • Establecer un “tiempo en familia” diario, aunque sea de 20 minutos, sin pantallas, para conversar sobre cómo fue el día de cada quien.
  • Crear rutinas de estudio acompañadas, en especial en las primeras semanas, para apoyar la adaptación sin presionar.
  • Diseñar espacios comunes de aprendizaje, como leer juntos, resolver crucigramas o investigar temas escolares.
  • Fomentar actividades fuera de línea, como cocinar juntos, practicar deportes o visitar espacios culturales.
  • Poner reglas claras sobre el uso de dispositivos, promoviendo el equilibrio entre lo digital y lo humano.

Una nueva etapa para crecer juntos

El regreso a clases no debe ser visto solo como una responsabilidad académica, sino como una oportunidad para fortalecer la relación entre padres e hijos. Si bien la escuela enseña conocimientos, es en casa donde se refuerzan los valores, se gestiona el equilibrio emocional y se cultivan las habilidades sociales.

Volver a clases es volver a crecer. Y si la familia acompaña ese crecimiento, el año escolar no solo será exitoso en notas, sino también en bienestar.

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